La cólera, la ira, es una reacción emocional que sienten todos, hasta los niños cuando hacen frente a algo que la desencadena, como por ejemplo sentirse ofendidos, desesperarse por conseguir algo (frustración), reacción al sentirse amenazados, ser poco tolerantes, sentir que se cometió una injusticia con ellos, desilusión por algo que no pudo concretarse, etc.
Que se presenten un arranque de cólera o ira de vez en cuando no es problema, pero lo será si se presenta continuamente porque significa que el niño no sabe cómo manejar sus emociones, produciéndole disminución en su autoestima y sentimientos negativos.
No se debe reprimir la cólera de los niños, tampoco se les debe enseñar a descargarla golpeando objetos porque fuera de solucionar el problema puede incrementarlo porque sería como echarle más leña al fuego, finalmente se estaría continuando con la agresividad y no ayudando a disminuirla.
Otro punto a tener en cuenta es que la ira se contagia, de padres a hijos y viceversa; el ambiente familiar puede generar un niño colérico. Cuando los niños ven a sus padres pelear, son ellos los que más mal se sienten y se asustan mucho. Se debe intentar que los niños no los vean pelear ni discutir, para no ir en contra de los lazos positivos y el respeto familiar.
Para enseñarle a su hijo a manejar, controlar y canalizar su ira lo principal es calmarlo, al estar tranquilo el niño podrá aceptar una explicación al problema y podrán juntos buscar una solución, con la finalidad que el niño poco a poco vaya haciendo este proceso por sí mismo. Lo que debemos conseguir es que el niño logre hablar acerca de lo que lo está molestando, y así poder ayudarlo; para lo cual es necesario que los niños sepan claramente lo que se espera de ellos y cuáles son las consecuencias de su mal comportamiento (reglas).
- Si su hijo le da un arranque de ira lo primero que debe hacer es tratar de cambiarle de “canal” utilizando un tiempo de descanso, hacer algo positivo, para los adultos equivaldría a contar hasta 10.
- En el caso de los niños intente abrazarlos, de tal manera que ellos sientan que usted está con él y le da razón a sentirse así, que sienta que usted lo comprende (eso no significa aprobar cualquier capricho), con eso lograrán calmarlo para poder lograr hablar del problema que desencadenó la ira.
- El siguiente paso, con el niño más calmado es lograr que le diga qué es lo que lo molestó, y una vez que el niño diga lo que siente, juntos busquen una solución. Si a su hijo le dio un arranque de ira porque lo bajaron de aquel columpio donde estuvo por más de 15 minutos habiendo varios niños esperando su turno, debe explicarle que tuvo que hacer eso porque ya había jugado mucho y habían otros niños esperando, hacerlo reflexionar acerca de cómo se hubiera sentido él si fuese el niño que está esperando, por ejemplo.
Enseñarles desde pequeños el significado de los sentimientos es la base de todo, lo puede hacer consiguiendo figuras de rostros de personas que estén con cólera, tristeza, miedo, felicidad, etc., muéstrele las fotos y conversen acerca de ello utilizando preguntas guía como: por qué esa persona se siente así?, qué habrá pasado para que se sienta así?, qué puede hacer esa persona para dejar de sentirse así?, o en caso de felicidad qué podemos hacer para sentirnos felices.
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